Las declaraciones fiscales son uno de esos temas que a mucha gente le dan mucha pereza, para otros son todo un dolor de cabeza y para algunos simplemente son un trámite a cumplir. Sin embargo, hay algo que es cierto y es que, aunque no lo parezca, las declaraciones fiscales son una parte muy importante de nuestras vidas y pueden afectarnos de muchas formas.
Una de las preguntas más comunes que nos hacemos es por qué es importante hacer una declaración fiscal. La respuesta es muy sencilla: porque es un deber de todo ciudadano contribuir con el Estado en la medida de sus posibilidades.
Además de esto, hacer la declaración fiscal a tiempo y correctamente puede tener muchos beneficios, como por ejemplo:
Como en todo, existen personas que no cumplen adecuadamente sus obligaciones fiscales y cometen errores o, en el peor de los casos, caen en la tentación de mentir en las declaraciones. A continuación algunos ejemplos de las mentiras más comunes:
Es posible que alguna vez hayas escuchado a alguien decir que no ha declarado todo lo que ha ganado, que ha omitido algún ingreso o que ha ocultado alguna renta. Bien, esto no solo está mal, sino que también es ilegal y puede acarrear sanciones.
Es importante recordar que la declaración de la renta no es solo por los ingresos obtenidos de manera laboral, si no que incluye todas las rentas que se puedan tener, como por ejemplo rentas de inmuebles, rendimientos de capital mobiliario o beneficios obtenidos por la venta de activos.
Las deducciones son las cantidades que se pueden restar de la base imponible para pagar menos impuestos. Pero no cualquier gasto es deducible, solo aquellos que están permitidos por la ley. Muchas veces, las personas incluyen gastos que no son deducibles o hacen cálculos incorrectos con respecto a las deducciones, lo que puede llevar a falsificar la declaración.
Por ejemplo, en el caso de deducciones por vivienda, solamente se permite una deducción por la vivienda habitual. Las personas que tienen varias viviendas solo pueden incluir la deducción por una de ellas y solo hasta ciertos límites.
En muchas ocasiones se tiene la falsa creencia de que, si se tienen bienes en el extranjero, no es necesario declararlos en la declaración de la renta nacional. Es importante tener en cuenta que, desde hace unos años, se implementaron leyes y acuerdos con otros países para evitar la evasión fiscal y existen mecanismos para realizar estas declaraciones.
Es fundamental recordar que todos los bienes que se posean, independientemente de la ubicación, deben ser declarados a la Hacienda correspondiente, para evitar problemas legales.
Una mentira común es la de presentar la declaración fiscal en base a datos inexactos o, en el peor de los casos, falsos. Un ejemplo podría ser incluir el nombre de una empresa en la que no se ha trabajado o registrar un domicilio fiscal que no es donde se vive realmente.
Esto puede generar una serie de problemas legales y afectar la credibilidad ante las entidades fiscales, incluso puede llegar a ser considerado un delito.
Si bien el cumplimiento de las obligaciones fiscales es una cuestión personal, es importante tener en cuenta que aunque se cometan errores, existen diversas herramientas y servicios que pueden ayudar a corregirlos y regularizarse.
En conclusión, las declaraciones fiscales no son una cuestión de escoger voluntariamente hacerlas o no. Es un deber cívico que todos debemos cumplir para contribuir al bienestar del país y, al mismo tiempo, para evitar problemas legales y sanciones. En caso de cometer errores o caer en la tentación de mentir en las declaraciones, existen formas de corregirlos y regularizarlos, siempre y cuando se actúe de manera rápida y responsable.